AGENCIAS

El ataque causó preocupación en todo el mundo y recordó el peor desastre nuclear de la historia, en la central Chernóbil

Este viernes 4 de marzo, los bomberos de Ucrania apagaron un incendio en la mayor central nuclear de Europa, que fue provocado por bombarderos rusos, y que según información oficial de funcionarios de Naciones Unidas y locales no liberó radiación. Ante esto, Rusia siguió adelante con su campaña para paralizar el país pese a la condena global.

Rafael Mariano Grossi, jefe de la agencia atómica de la ONU, indicó que un «proyectil» ruso impactó en un centro de formación de la planta de Zaporizhzhia. Según funcionarios ucranianos, las tropas rusas tomaron el control del complejo, pero el personal de la central continúa garantizando su funcionamiento. El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, Mariano Grossi, apuntó que las fuerzas rusas están en el recinto aunque los ucranianos tenían el control.

El operador nuclear estatal ucraniano, Energoatom, dijo que tres soldados ucranianos fallecieron y otros dos resultaron heridos en el ataque. De acuerdo con Grossi, el incendio dejó dos heridos.

El regulador nuclear estatal ucraniano señaló que no hubo cambios en los niveles de radiación registrados hasta el momento. Grossi afirmó más tarde que no se había liberado material radioactivo.

El ataque causó preocupación en todo el mundo y evocó el recuerdo del peor desastre nuclear de la historia, en la central ucraniana de Chernobyl.

El ataque a la central coincidió con la ofensiva del ejército ruso sobre la estratégica ciudad a orillas del río Dniéper. Las fuerzas de Rusia ganaron terreno en su intento por cortar la salida del país al mar, lo que supondría un duro revés a la economía nacional y agravaría la ya complicada situación humanitaria.

En el inicio de la segunda semana de la invasión, una nueva ronda de conversaciones entre Rusia y Ucrania arrojó un acuerdo provisional para abrir corredores de seguridad para evacuar a civiles y recibir ayuda humanitaria. Más de un millón de personas han salido del país desde el inicio de la ofensiva y muchas más se refugian bajo tierra noche tras noche. Algunas ciudades no tenían calefacción y al menos una tenía problemas de suministro de comida y agua.

Los primeros reportes se contradecían acerca de la existencia de uno o dos incendios en el complejo de la ciudad de Enerhodar. El vocero de la central, Andriy Tuz, dijo a la televisión ucraniana durante la noche que los proyectiles cayeron directamente sobre el complejo prendiendo fuego en el reactor nº1, que debido a unas obras de renovación no estaba operativo, y en un edificio administrativo de formación.

La mañana de este viernes, las autoridades se refirieron únicamente al incidente en el inmueble administrativo cuando dijeron que todos los incendios en el complejo estaban apagados, algo que confirmó Grossi. La administración militar regional reportó daños no especificados en el compartimento del reactor nº1, pero apuntó que no afectan a la seguridad de la unidad.

Personal del regulador estaba revisando el lugar para comprobar si había más daños.

Solo uno de los reactores de la central está operativo, y funciona a alrededor del 60% de su capacidad, añadió Grossi.

La confusión puso de manifiesto los peligros de los combates en las inmediaciones de una central nuclear. Es la segunda vez desde el inicio de la guerra que se plantean preocupaciones por un posible accidente nuclear o por la liberación de radiación, tras una batalla en Chernobyl.

En un comunicado en Facebook, el organismo explicó la importancia de mantener la capacidad de enfriar el combustible nuclear y afirmó que perder esta capacidad podría causar un accidente más grave que el de Chernobyl en 1986, el peor de la historia, o que las fusiones en Fukushima, Japón, en 2011. Además, apuntó que el complejo cuenta con instalaciones para almacenar combustible nuclear gastado, aunque no hubo indicios de que éstas fuesen alcanzadas por las bombas.

Las principales autoridades nucleares se mostraron preocupadas, pero no asustadas, por los posibles daños en la central. El asalto provocó una conversación telefónica entre el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, y otros líderes mundiales. El Departamento de Energía de Estados Unidos activó a su equipo de respuesta a incidentes nucleares como medida de precaución.

La administración militar regional de Zaporizhzhia dijo que las mediciones realizadas a las 07:00 horas del viernes mostraron que los niveles de radiación en la zona «seguían sin cambios y no ponen en peligro la vida y la salud de la población».

El alcalde de Enerhodar, Dmytro Orlov, anunció el viernes por la mañana en su canal de Telegram que «el incendio (en la central nuclear) ha sido efectivamente extinguido». Su oficina dijo a la agencia AP que la información procedía de los bomberos que pudieron acceder al complejo durante la noche.

El primer ministro británico, Boris Johnson, pidió una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en las «próximas horas» para analizar el ataque ruso sobre la central, de acuerdo con un comunicado de su oficina.

En un emotivo discurso en mitad de la noche, Zelensky dijo que temía una explosión que fuese «el final para todos. El fin de Europa. La evacuación de Europa».

«Solo una acción urgente de Europa puede detener a las tropas rusas», manifestó. «No permitan la muerte de Europa por una catástrofe en una central nuclear».

Pero la mayoría de los expertos no vieron indicios de un desastre inminente. Antes del bombardeo, la empresa estatal de energía atómica de Ucrania reportó el avance de una columna militar rusa hacia la central. Durante la noche del jueves pudieron escucharse disparos y proyectiles.

Más tarde, las imágenes de una cámara de seguridad que emitía en directo desde la web de la planta de Zaporizhzhia mostró lo que parecían ser vehículos blindados entrando al estacionamiento del complejo. Tras aparentes fogonazos desde los vehículos, hubo explosiones casi simultáneas en los inmuebles próximos y el humo cubrió la imagen antes de disiparse.

Las fuerzas de Vladimir Putin han hecho valer su superioridad en potencia de fuego en los últimos días, en los que han disparado cientos de misiles y obuses de artillería contra ciudades y otros sitios del país y lograron avances considerables en el sur.

Los rusos anunciaron la captura de la ciudad sureña de Jersón, un puerto vital de 280 mil habitantes a orillas del Mar Negro, y funcionarios locales ucranianos confirmaron la ocupación de la sede del gobierno. Es la primera ciudad importante que cae desde el comienzo de la invasión hace una semana.