La más reciente filtración de documentos secretos del Pentágono es una más en la larga lista de filtraciones que han tenido repercusiones políticas y diplomáticas en todo el mundo.

AGENCIAS

Las pasadas revelaciones pusieron en entredicho las campañas militares de EE.UU., dejaron avergonzados a varios ocupantes de la Casa Blanca, provocaron la renuncia de un presidente y crearon tensiones con otros países y mandatarios.

A eso hay que añadir la reacción del público de ver al desnudo las actividades del gobierno en el ejercicio de su política interior y exterior.

Los expertos aseguran que Jack Teixeira, el joven ciberespecialista militar sospechoso de filtrar los más recientes documentos confidenciales de EE. UU., podría cumplir una larga sentencia de prisión si es declarado culpable de participar en lo que el Pentágono ha considerado un riesgo de seguridad nacional «muy grave».

Teixeira enfrenta cargos en virtud de la Ley de Espionaje, una ley federal promulgada en 1917 que constituyó la base para condenas anteriores de espías y de quienes compartieron información clasificada con la prensa y el público.

Sin embargo, no en todo los casos ha habido una condena contra los responsables de las filtraciones. Incluso, algunos han sido catalogados de «héroes» por haberse atrevido y arriesgado a sacar a la luz la -algunas veces cuestionable- actividad secreta del Estado.

Aquí recordamos cuatro de las grandes e históricas filtraciones que estremecieron a Estados Unidos.

Los Papeles del Pentágono
En 1971, un hombre filtró a varios periódicos, incluyendo The New York Times y The Washington Post, miles de páginas de documentos secretos del gobierno de Estados Unidos.

Los documentos se conocieron como los Papeles del Pentágono, un estudio sobre la participación política y militar de EE.UU. en Vietnam, entre 1945 y 1967, realizado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Las más de siete mil páginas del estudio secreto revelaban que el gobierno sabía, desde el principio, que era poco probable que se pudiera ganar la guerra en Vietnam y que continuarla solo conduciría a más bajas.

También señalaban que el gobierno anterior de Lyndon Johnson había mentido al Congreso y al pueblo estadounidense sobre el estado de la participación de su país en Vietnam.

Cuando The New York Times publicó el primero de sus reportajes al respecto, la administración del entonces presidente Richard Nixon solicitó una orden judicial para impedir que se divulgaran más documentos y lanzó una cacería de la persona responsable de la filtración.

Pero la Corte Suprema de Justicia dictaminó que la publicación estaba justificada y los reportajes se reanudaron. Dos días antes de ese fallo, la persona responsable de la filtración, Daniel Ellsberg, reconoció públicamente su papel.

Un analista militar desencantado
Ellsberg era un analista militar que participó en la elaboración del estudio secreto sobre la guerra de Vietnam, encargado por el Pentágono a la Corporación RAND, un centro independiente de análisis para el que trabajaba.

Antes, había sido empleado del Pentágono desde 1964, bajo el secretario de Defensa Robert McNamara (uno de principales ideólogos de la política exterior del entonces presidente John Kennedy) y estuvo en Vietnam durante dos años, representando al Departamento de Estado.

Tras su regreso en 1967, empezó a trabajar de nuevo para RAND, con quienes ya había estado empleado a finales de la década de 1950.

Ellsberg se desencantó de la política exterior de EE.UU. y empezó a asistir a las manifestaciones en contra de la guerra. Así que, a finales de 1969, hizo varias fotocopias de los documentos clasificados a los que tenía acceso para luego distribuirlos a la prensa.

«El hombre más peligroso de EE.UU.»
En medio de la polémica por la filtración, Ellsberg se entregó a las autoridades reconociendo su papel en el incidente.

Ellsberg fue imputado bajo el Acta de Espionaje y otras acusaciones de robo y conspiración, y enfrentaba una sentencia de 115 años en prisión.

El entonces secretario de Estado de EE.UU., Henry Kissinger, lo apodó «el hombre más peligroso de Estados Unidos».

El juicio empezó en enero de 1973, en Los Ángeles, California, pero el juez a cargo rechazó el caso citando conducta dolosa e interceptación ilegal de llamadas por parte del gobierno en su búsqueda de evidencia.

Daniel Ellsberg tiene ahora 92 años, y en marzo pasado anunció que sufría de cáncer terminal.

El escándalo de Watergate

El escándalo de Watergate representa una de las mayores controversias políticas del siglo XX, reveló una secuencia de corrupción y encubrimiento que iba hasta el presidente Richard Nixon y lo llevó a renunciar en 1974.

El asunto comenzó en 1972 con el arresto de cinco personas luego de un allanamiento en la sede del Comité Nacional Demócrata en el complejo Watergate en Washington DC. Los hombres fueron encontrados con miles de dólares y un libro.

El FBI conectó a los ladrones con la campaña de reelección del entonces presidente Nixon y, en 1973, se convocó un comité del Senado de EE. UU. para investigar las circunstancias del robo.

La mayoría de los medios ignoró el alcance del caso, así que la investigación realizada por los dos jóvenes periodistas de The Washington Post, Bob Woodward y Carl Bernstein, incrementó el interés público en el escándalo y sus reprecuciones políticas y legales.

Sus reportajes fueron fundamentales para destapar una masiva campaña de espionaje político y sabotaje realizada por la campaña para reelegir a Nixon.

Woodward y Bernstein descubrieron evidencia de que altos funcionarios del gobierno estaban al tanto del robo en la sede del Comité Demócrata, de los intentos de encubrimiento, manejo indebido de fondos y de destrucción de archivos incriminatorios.

Garganta Profunda

Mucha de la información de los periodistas venía de fuentes anónimas, en especial, de un individuo que apodaron «Garganta Profunda».

Entre enero de 1972 y enero de 1973, Bob Woodward se encontró de manera secreta con «Garganta Profunda» en un estacionamiento en el área metropolitana de Washington.

Allí, la fuente lo fue guiando en cuanto a quién estaba involucrado en el escándalo, incluyendo las altas esferas del Departamento de Justicia, el FBI, la CIA y la Casa Blanca.

La investigación y presión política condujeron en 1974 a la renuncia de Nixon, quien prefirió dimitir en lugar de enfrentar un juicio político y una posible condena por lo que sabía sobre el escándalo.

Más de tres décadas después, en 2005, el informante fue identificado como Mark Felt, subdirector del FBI en los años 70. Bob Woodward confirmó la información.

Para entonces Felt tenía 91 años y murió a los 95 en 2008.

WikiLeaks denuncia matanzas y torturas
Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, está detenido en Londres, desde donde apela contra su extradición a EE.UU. GETTY IMAGES
En 2010, el sitio web de denuncias Wikileaks publicó cables y cientos de miles de documentos del Departamento de Estado de EE. UU. filtrados por un exanalista de inteligencia del ejército.

El material incluía un video de un helicóptero militar estadounidense que mostraba una matanza de civiles en Bagdad, Irak, en la que una voz en la transmisión instó a los pilotos a «encenderlos a todos».

Aparte, se reveló que 66.000 civiles en la guerra de Irak, más de lo anunciado anteriormente, y que prisioneros habían sido torturados.

También se filtraron documentos relacionados con la guerra en Afganistán, que dejaron en evidencia cómo el ejército estadounidense había matado a cientos de civiles en incidentes no denunciados.

Entre las filtraciones había más de 250.000 mensajes enviados por diplomáticos estadounidenses, que aseguraban que Estados Unidos quería recopilar información «biográfica y biométrica», incluidos escaneos de iris, muestras de ADN y huellas dactilares, de funcionarios clave de la ONU.

Bradley (luego Chelsea) Manning
Los investigadores del ejército descubrieron que un soldado raso, conocido entonces como Bradley Manning, había transferido de manera electrónica la información al fundador de WikiLeaks, Julian Assange.

Chelsea Manning declaró que se identificaba como mujer un día después de su sentencia. Aquí una imagen de 2023. GETTY IMAGES
Al soldado se le atribuyó 22 ofensas, incluyendo de dar asistencia al enemigo, una acusación que acarrea la pena de muerte.

Un consejo de guerra lo condenó en 2013 por violación del Acta de Espionaje y lo sentenció a 35 años de prisión.

El día después, Manning declaró que se identificaba como mujer y que su nombre ahora sería Chelsea. Insistió en ser tratada como una prisionera y que quería iniciar un programa hormonal para su transición.

Luego de que su sentencia fue conmutada por el presidente Barack Obama, en 2017, Manning se sometió a una cirugía de reasignación de género.

Por su parte, el fundador de Wikileaks, Julian Assange, se asiló en la embajada de Ecuador en Londres en 2012, para evitar su extradición a Estados Unidos que lo solicita por conspiración para acceder a información clasificada.

El 11 de abril de 2019, el gobierno de Ecuador retiró el asilo y permitió que la policía británica lo arrestara por haber violado las condiciones de una libertad condicional.

Desde entonces, se encuentra en una prisión en el sur de Londres, apelando contra su extradición a EE.UU.

La vigilancia global de la Agencia de Seguridad Nacional
La Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos realizaba un extenso programa de vigilancia global. GETTY IMAGES
En 2013, un extrabajador de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) filtró información clasificada sobre la extensa vigilancia por Internet y teléfonos a escala global realizada por parte de la inteligencia estadounidense.

Los detalles fueron publicados por el periódico británico The Guardian. El reportaje reveló cómo la NSA estaba recopilando los registros telefónicos de decenas de millones de estadounidenses.

El periódico publicó la orden judicial secreta que ordenaba a la empresa de telecomunicaciones Verizon la entrega de sus datos telefónicos a la NSA de forma «continua y diaria».

Las revelaciones, tanto en The Washington Post como en The Guardian, mostraron que la agencia intervino en los servidores de nueve empresas de Internet -incluidas Facebook, Google, Microsoft y Yahoo- para rastrear la comunicación en línea en un programa de vigilancia conocido como Prism .

La agencia británica de espionaje electrónico GCHQ también resultó acusada de recopilar información sobre las empresas en línea a través de Prism.

Por su parte, la revista alemana Der Spiegel señaló que los archivos supuestamente sugerían que la NSA también había realizado una operación de espionaje electrónico en un edificio en Bruselas, donde se encontraban el Consejo de Ministros de la UE y el Consejo Europeo, y denunció que había espiado el teléfono móvil de la entonces canciller de Alemania, Angela Merkel.

Refugio en Rusia
Poco después, The Guardian reveló que el excontratista de sistemas de la CIA, Edward Snowden, estaba detrás de las filtraciones sobre los programas de vigilancia de EE. UU. y el Reino Unido.

Edwards Snowden vive en Moscú, pero quiere regresar a EE.UU.
Snowden fue acusado en EE. UU. de robo de propiedad del gobierno, comunicación no autorizada de información de defensa nacional y comunicación deliberada de inteligencia de comunicaciones clasificada.

Después de que estalló el escándalo, Snowden se asiló en Rusia, convencido de que si se entregaba a las autoridades, no tendría un juicio justo en Estados Unidos.

En 2020, el programa de vigilancia de la NSA fue declarado ilegal por la Corte de Apelaciones de EE.UU., que dictaminó que los líderes de inteligencia que defendieron públicamente el programa habían mentido.

Desde su exilio en Moscú, Snowden expresó sentirse reivindicado por el fallo. Con anterioridad, había anunciado que Francia y Alemania estaban considerando darle asilo, aunque expresó su deseo de regresar a EE.UU.