El Parlamento de Nicaragua retiró la pasada semana la personería jurídica a varias universidades en lo que los opositores ven como otro ataque a la disidencia.

AGENCIAS.

Durante mucho tiempo, el estudiante Elthon Rivera se negó a tener que salir de Nicaragua, pero este sábado lo hizo.

El universitario de 27 años se había quedado dos veces a un año de graduarse de la universidad. Primero, como estudiante de quinto año de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), al ser uno de los 150 estudiantes expulsados de sus carreras por haber participado en las protestas en contra del gobierno del presidente Daniel Ortega.

Y ahora, como estudiante de último año de Ciencias Políticas en la Universidad Paulo Freire, ya que el parlamento de Nicaragua, a pedido del gobierno, le canceló la personería jurídica a esa universidad privada y a otras en lo que los opositores ven como el último ataque de Ortega contra los críticos.

«Me arrebataron nuevamente la oportunidad de ser un profesional. Dos veces. Es un sentimiento de impotencia, tan cerca de lograr la meta. Pensé que este año iba a graduarme y esto equivale a no tener nada», lamentó Rivera en diálogo con BBC Mundo antes de dejar el país.

La Asamblea Nacional nicaragüense (Parlamento), dominado por el oficialismo sandinista, aprobó el miércoles 2 de febrero la cancelación de la personería jurídica de cinco universidades: Universidad Politécnica (Upoli), Universidad Católica del Trópico Seco (Ucaste), Universidad Nicaragüense de Estudios Humanitarios (UNEH), Universidad Paulo Freire y Universidad Popular (Uponic).