Con la llegada de la pandemia por COVID-19 la depresión, junto a la ansiedad, se incrementó como trastornos entre las personas.

AGENCIAS. Apenas el pasado 10 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental y la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalaba que la depresión puede padecerla cualquiera y recordó que no es una señal de debilidad, sino una enfermedad que puede ser tratada. Con la llegada de la pandemia por COVID-19 este padecimiento, junto a la ansiedad, se incrementó.

De acuerdo a la revista científica The Lancet, más de 50 millones de personas sufrieron trastornos depresivos graves en 2020 debido a la pandemia por COVID-19, conforme a los datos recabados en un estudio publicado el pasado viernes.

El documento «Prevalencia global y peso de los trastornos de depresión y ansiedad en 204 países y territorios en 2020 durante la pandemia de COVID-19» revela que «la aparición de la pandemia COVID-19 ha creado un entorno en el que se exacerban muchos factores determinantes de la mala salud mental» y destacó una lista de los países en América Latina con niveles altos de esos padecimientos entre los que se encuentran:

A nivel mundial, los países que subieron el índice de depresión y ansiedad son: Bangladesh, Egipto, Iraq, Irán, Kirguistán, Nepal, Sudáfrica y Turquía.

The Lancet señaló que «es imperativo contar con información sobre los impactos del COVID-19 en la salud mental de una manera que informe las respuestas del sistema de salud» de cada país.