«No se debe permitir que las crueles desigualdades que afectan a nuestras sociedades afecten a nuestra Iglesia», escribió el pontífice.
AGENCIAS
El papa Francisco recordó que es necesario prestar ayuda a las Iglesias locales en Latinoamérica con el fin de que puedan promover las medidas de prevención adecuadas para luchar contra los abusos por parte de miembros del clero.
«No se debe permitir que las crueles desigualdades que afectan a nuestras sociedades afecten a nuestra Iglesia», escribió el pontífice en un mensaje enviado al Congreso latinoamericano sobre la prevención del abuso que se celebra desde hoy en Asunción, Paraguay.
En su discurso, recordó que en la Constitución «Praedicate Evangelium», recientemente aprobada, pidió a la Curia Romana «que prestase un servicio cada vez mayor a las Iglesias locales», porque «establecer procedimientos claros para la protección de las personas vulnerables en la Iglesia debe convertirse en una prioridad de la Iglesia local».
Y que «aquellas Iglesias donde los esfuerzos para promover medidas de prevención adecuadas aún se encuentren en las primeras etapas debido a la falta de recursos necesitan una atención especial», destacó Francisco.
«El abuso sexual por parte del clero y su encubrimiento por parte de obispos y superiores ha dejado una herida indeleble en el cuerpo de Cristo, la Iglesia, debido al daño causado a tantas personas», agregó el papa.
Y advirtió de que «cualquiera que disminuya el impacto de esta historia y minimice el peligro actual deshonra a aquellas que han sufrido tanto y engaña a aquellos que dicen servir».
Animó además a celebrar más eventos como el congreso en Asunción, que representan «un deseo más de ese cambio» por parte de la Iglesia.
Francisco se despidió pidiendo que Nuestra Señor de la Asunción, patrona de Paraguay, «sea un modelo para esta nueva etapa en la vida de la Iglesia Latinoamericana y una fuente de fortaleza para todos los que están comprometidos en esta necesaria, pero dolorosa, labor en el ministerio de la Iglesia».
Por el momento, en ningún país latinoamericano la Iglesia ha realizado informes parecidos a los que se han hecho en Europa sobre los casos de abusos a menores por parte del clero.